Cuando intentamos idear cómo podríamos reducir el impacto de una obra de forma estratégica, a la par que eficaz, soñamos con algo parecido al sistema de bioconstrucción.
Un sistema digno a tener en cuenta por el uso único y exclusivo de materiales de bajo impacto ambiental, reciclados o sujetos a ello, y a ser posible, de bajo costo y con sistemas de extracción afables. Sin embargo, sabemos que no es algo que podamos aplicar tan fácilmente al sistema de edificación que existe a día de hoy.
Podemos notar como todas las partes intentan tomar más partido y el sentido común empieza a coger fuerza. La conciencia social comienza con la involucración máxima, las promotoras de todos los niveles deben ser las primeras siempre en solicitar un diseño de bajo impacto medioambiental. El poder político es otro de los principales involucrados en este asunto, dado que es quien puede establecer las reglas y límites que sean necesarios para mitigar todos los efectos contaminantes que pudiesen ser causados en las obras, y aunque, ya se comienza a exigir ciertas licencias como pueden ser una alta eficiencia energética, esto poco o nada tiene al final que ver con la verdadera reducción de impacto medioambiental que se busca en un proceso de construcción, sea cual sea éste. Queda claro que aún estamos a años luz de lo que nuestro planeta, realmente necesita.
Si reducimos el espectro de los sistemas de edificación a nuestro hogar, por supuesto cambian el tipo de medidas a tomar, pero no la importancia de la aplicación constante de éstas. Debemos pensar en implementar sistemas de bajo consumo de energía, e incluso, reflexionar sobre qué productos de limpieza y mantenimiento utilizamos diariamente en nuestro hogar. No debemos olvidar que el mantenimiento es una obra que no cesa.
Las reformas sostenibles han llegado para quedarse y cada día adquirimos mayor consciencia de su importancia. Además, son reformas prácticamente necesarias en todas aquellas viviendas que no hayan sido construidas recientemente y que no hayan sido aderezadas con una reforma.
Arquitectura sostenible y materiales renovables serían las bases para establecer el camino hacia un sistema de bioconstrucción. Un sistema que persigue realizar obras de rehabilitación en un contexto en el que se consigue reducir la emisiones de gases de efecto invernadero y se refuerza la lucha contra el cambio climático. Los materiales sostenibles han de tener gran durabilidad e incorporar distintas tecnologías que justifiquen su denominación, cómo la captación del CO2 por parte de la madera. Deberíamos tener en cuenta que la elección de pinturas naturales, madera, corcho aglomerado y similares permitirán amortizar el impacto a la par que somos respetuosos con nuestro medio.
¿Qué opináis de la sostenibilidad en los hogares?
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